miércoles, 25 de mayo de 2016

Icy City



Botas y zapatos de cuero nocturno y
medias calurosas de un atardecer con frío
Icy City a las ocho a eme
City Icy a las nueve pe eme.
Icy City, hundido en una tésis
de querer defender mi alma cuando no estás sobre mi eje.
Criptoanalisis de esta city
para entender por qué esta shit se pudre como la sífilis.
Mejor bailemos al son de este jazz,
y que la séptima se vuelva una nota musical,
de esas animadas que ves cuando alucinas con la mar.
Todos te miran como si fueras extranjero
con ojos censores de falacias y superficialidades,
yo creo que los forasteros son ellos...
Se creen la epífisis de este hueso llamado Bogotá,
Ni siquiera los perros nos miran con tal banalidad.
Aún así amo el cielo que llora con tormentas
cuanto te emputas por haber demasiado sol.
Estamos azarados, por eso la city es icy
nos quitan el pan para vender nuestro pan
bajaremos sus calzones y como a los niños ¡Pam, Pam!
Cerdos que se pugnan por el mierdero on the city
con miedo de que nuestras ideas les destrone la corona, easy.
La city es icy y se enfurece con las crisis
ya sean sociales, emocionales o también con la policy
llegará a la parálisis por tanto abuso a mi metrópoli
de quienes comen con nuestra plata y se limpian con la corbata.
La City Icy se derretirá algún día.
Tocaré mi armónica.
Dejará de ser icy.

Sonnets of my peace. Our peace.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Caminar


Yo quiero caminar.
No arreglarme, no planearlo, solo caminar;
cosa que se acabe la suela de cada zapato
y las nubes decidan posarse en mis pies, quiero comodidad.

Observar las distintas líneas que dibujan tus labios, sonreír al caminar.
Quiero recorrer los pasillos de la ciudad, descubrir qué hay detrás 
de cada puerta y enseñarte cada moraleja de todas las historias que coleccione. 
Quiero respirar tus palabras y expeler el humo blanco por mi boca,
tocar las cuerdas de luz que forma mi vista tranquila para así formarte una canción y puedas bailar por todos los andenes.
Quiero tomarme un trago, fumarme un cigarrillo, caminar sobre jardines 
donde abunden los zarcillos, la apoteósica caída de estrellas sobre mis huellas, 
mis sueños.

Un camino sin historial, donde mirar atrás recapitula y tropieza;  un sentimiento sin sentir, cuando cambia el término por momento, quiero irme sobre sobre las órbitas de júpiter y descubrir mi vida paralela.

Yo camino al ritmo de mi pestañeo, fotografiando cada escena que amena mi alma, cada mirada que el cielo me hace cuando heladamente agarra mis anhelos, cada cachetada de los sonidos retumbantes, cada caricia de tus piernas al cruzar los pasos...

Errante ante el destino, ambulante sobre el frío bulevar nocturno, advertido por tu aroma a piel suave y el punto céntrico que se forma en la curvatura de tu cadera la luna solo me hace una pregunta:



¿Crees que ella quiera caminar?

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Joma




Joma se sentía en lo más ondo del vaso de su agua,
intranquila pensaba en si ahogarse
o botar aquel recipiente de vidrio espeso
para extender sus alas y seguir viviendo.

Miraba arriba y el cielo se le hacía cada vez más cerca,
haber ingerido con ginebra los calmantes de su madre
la llenaba de miedo y satisfacción, Joma había perdido
sus esperanzas a pesar de su corta edad.


En los 17 años que vivió Joma no tenía máscaras
pero pintaba en sus manos sonrisas para
tapar realidades tristes que entorpecían su día a día.
Joma, al igual que tú y yo, tenía mamá, papá
y una hermana mayor; hermana que prefirió estar
en el descanso eterno que con ella, pensaba.


Quizá la falta de compañía de su hermana
era uno de los componentes de las pastillas que ingirió,
no lo sabía; lo que si sentía era el sabor del ginebra,
ese sabor a bullying, a maltrato familiar,
a desamores prematuros, a lágrimas saladas como el mar
y a infancia no vivida.


Joma era una adolescente con gritos en sus problemas
y no era escuchada por nadie a excepción de su primer vaso de alcohol.

jueves, 27 de agosto de 2015

Cuento para lobos antes de que cierren los ojos


No tenía un traje de gala aunque
para la noche cualquier ropa es la adecuada.
Estaba nervioso y taciturno, pues hace tiempo
no te miraba con ese amor vacío que solo tú y yo comprendemos.

Las cortinas que tocabas emanaba fríamente su recuerdo
dejando a merced paradojas y laberintos.
El calor de un incesante sentimiento que no paraba de latir
combatía con explosiones nostálgicas de independencia emocional;
la desesperación me definía y desafinaba. Te veía llegar.
Sonreí y torpemente solté el cáncer que agarraba mis dedos,
vanamente te di la mano y cediste como si fueras de la realeza.
Llegas de blanco, otras veces de amarillo, una vez te vi roja
pero hoy estabas de un zafiro álgido,
como cuando los lobos tristes y solitarios no te encuentran
y no tienes quién te aúlle, así estabas.

Locamente coqueta me sonreíste
con una consternada luz que alumbraba mis sueños perdidos
y sola empezaste a danzar entre las sombras y luces
que decoran aquella discoteca universal.
Lúcidamente reía y saltaba como un niño
sobre un colchón de plumas queriendo despegar,
estaba azul y feliz porque te veía danzar,  estaba azul y feliz
porque flotaba sobre lo sideral masticando cada planetoide que se me asomaba;
de un momento a otro deslicé mi mejilla sobre su figura
sin fijarme que ya no bailaba ni flotaba contigo, paradojas y laberintos.

La vi de nuevo y volví a sentir ese confort,
ese fresquito que te liviana el cuerpo
pero que se contrarresta con la presión pulmonar de
querer apretar los labios con los suyos. Azul y feliz.

El pasto helaba mi lomo
mientras que mis crujientes dedos abanicaban la despedida.
Luna, si vuelves de azul en un futuro
al menos llega danzando y despídete tímidamente,
cosa de que al próximo hombre que te espere
se vaya con el show completo y no le pase lo mismo que a mi,
que no logré ni un beso tuyo ni el último de ella.
Fría y pacíficamente cerré los ojos para un siempre efímero.

miércoles, 10 de junio de 2015

La vida


A mi recipiente le faltaba algo,
estaba deshabitado,
como una copa si su vino,
vacía al interior;
si se llenaba no era de su trago,
si no de letras o de tu mirada profunda.
Es ahí cuando mi cuerpo se llena.

Aturdido en palabras sordas
pido ciegamente que des señas,
por que no hay luz sin oscuridad,
no hay parpadeo sin sueños,
yo contigo necesito aires nuevos,
y que mejor que la atmósfera que das.
No digo que dependo de tu esencia
más que depender es efímera necesidad.

Delicioso,
delicioso saber que estas ahí,
con esa mirada y sonrisa fugaz.
Agrio sabor de tu ausencia, sabe a limón con lejanía,
ausencia que desespera,
como la cobija roja sin el calor de una hamaca;
eres recuerdo inquietante,
como las fotos que se exponen en el museo de mi cabeza,
ven y desátame los nudos
que eres marinera y de nudos tu sabrás...
Apacigua estas aguas,
ya que de naufragios has sobrevivido
Pero átame con tu ancla
y lleguemos a la tierra de la imaginación, 
donde me compones ideas de amor y odio
acompañados de licor y libros,
mientras te desbarato los malos recuerdos
diluyendo tinta sobre tu piel,
besándote con la mirada,
ábreme tus mundos.

Si supieras lo bien que suena al lado mío
escuchar un "haces falta" sin sentir el extrañar,
pero sintiendo el calor de un 'te quiero' sintiendo un explotar.
Eres una bomba de colores
esquirlas por las paredes blancas, 
o bien podemos jugar a ser daltónicos.

Yo te veo sonreír y mi risa gatuna quiere tocarte esos ojos 
como bolas de lana.
Atraparte mariposa y mostrarte el lado amarillo de la vida.


miércoles, 13 de mayo de 2015

Muñeca



Eres una muñeca que huele bien e incita a abrazar eternamente,
una que sonríe y que hace a las nubes grises sonreír también;
De esas muñecas que no hace falta decir que todo estará bien
por que contigo siempre se está bien.

Eres un universo de ideas y abrazos,
pero también de turbulencias reales,
de pensamientos enredados y sentimientos casi encontrados;
una muñeca que vive en un pantano lúgubre y miedoso
donde pequeños demonios queman el cielo de tu alma.
Bebes mi mirada y te embriagas de recuerdos,
no fumas tabaco pero si inhalas el humo de mis suspiros,
eres una muñeca con ciertas aptitudes 
a pesar de tus ciertos vacíos,
Alguien que besa sin amor aunque tienes un corazón lleno de este.

Muñeca, te maquillas con las luces de la ciudad
y la noche te limpia con el alcohol.
Ya no distingues las lagrimas de dolor con los de gozo,
los rostros de la gente al caminar son tu laberinto.
Sigues ahí, queriendo salir del fango nadando en círculos;
no dejas que te ayuden. El orgullo no es tan bueno.

Sujeta los brazos que te extienden, péinate el cabello,
límpiate la tierra y sigue siendo de porcelana brillante...
Muñeca, deja de llorar...


Muñeca, tú estás rota.